martes, 14 de junio de 2016

EL ATAJO “SECRETO” DEL RAPHEL DE ARANJUEZ

Todos los años surge la duda sobre si utilizar el atajo del Raphel de Aranjuez, muchos lo conocen y sólo algunos piragüistas lo utilizan para superar un tramo relativamente complicado del río Tajo. Para otros piragüistas el atajo es totalmente desconocido y se sorprenden de su existencia al descubrirlo, planteándose si su utilización es válida y efectiva. Posiblemente algunos piragüistas estén descubriendo que dicho atajo existe.


Se trata de un pequeño brazo del río Tajo denominado "el canalillo" que en sentido ascendente podemos coger a la derecha, un poco antes de una curva muy cerrada, a derechas, con fuertes corrientes descendentes ya que penetramos en unas de las partes más estrechas del Tajo, de ahí su aparente ventaja. Pero este atajo no sólo tiene ventajas, también tienes sus inconvenientes. En principio sus ventajas residen en que se realiza una menor distancia con menor corriente en contra, se trata de una lámina de agua prácticamente mansa, mientras que sus inconvenientes residen en que podemos encontrarnos con ramas, algas, zarzas, troncos sumergidos, poco nivel de agua o como en ocasiones ha sucedido un tapón de piraguas.
Itinerario del atajo en el río Tajo de 261 metros.

Es un atajo para piragüistas habilidosos que sepan serpentear por el riachuelo en sombras, en ocasiones tan estrecho como la misma piragua, por supuesto con timón de río, aunque un servidor lo realizó con timón de pista sin problemas. El suelo es arenoso y en caso de tocar con el timón en el suelo no supone obstáculo en nuestra trayectoria, salvo que se trate de un tronco sumergido. Es un atajo que hay que entrenar en el caso de querer utilizarlo porque la visibilidad se reduce a unos escasos 10 metros ya que continuamente está serpenteando y nunca vamos a saber su estado el día mismo de la carrera hasta que no nos adentremos en el mismo.
Itinerario siguiendo el río Tajo de 346 metros.
Llegado el momento de competir y una vez en la bifurcación es cuestión de valorarlo, por el río nos podemos encontrar una mayor distancia, piragüistas que intentan adelantarnos entre fuertes corrientes, masas de algas fibrosas, y embarcaciones camicace que bajan como misiles o lo que es peor bolas de piraguas a la deriva imposibles de esquivar ante las cuales nos podemos ver arrastrado o llevarnos a volcar. Por el atajo siempre podremos poner el pie a tierra y salvar el obstáculo con la piragua a rastras siempre que llevemos calzado adecuado.
Si recurrimos a Google Maps se puede observar claramente que la distancia entre ambos recorridos difieren en 85 metros, siendo el recorrido más corto el del atajo con 261 metros, mientras que el recorrido por el río tiene 346 metros. A simple vista dos competidores que llegaran igualados a la bifurcación del atajo, el que optara por el atajo obtendría una ventaja de 85 metros, una distancia significativa en piragüismo con un contrincante igualado. Esta ventaja se mantendría a pesar de que el piragüista que optara por el atajo tuviera que reducir la velocidad por la estrechez del atajo, lo cual no sería obstáculo para un piragüista entrenado en dicho tramo. En cambio el piragüista que optara por el río se encontraría tras girar la curva a la derecha con una fuerte corriente que también le obligaría a reducir la velocidad debido a que en dicho tramo el río Tajo se estrecha y viene con fuerza tras rebotar su caudal en el meandro.
Con este conocimiento el piragüista debe sopesar las dos opciones y apostar llegado el momento por una de las dos opciones igual que cuando llegamos a una isla o mata de algas y tenemos que sortearla. El hecho es que el atajo contribuye a alimentar la leyenda del mítico Raphel del río Tajo a su paso por Aranjuez.



¿Qué opción elegirías llegado el momento?


En el siguiente vídeo protagonizado por Javier Melús podéis ver el recorrido a partir del minuto 6 hasta el minuto 7.25 en que se retoma el curso del río.
Secuencia en fotos del atajo










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