lunes, 11 de junio de 2018

Aventuras en piragua: 46 Raphel de Aranjuez-Descenso del Júcar en Cuenca. 2ª parte

SEGUNDA PARTE:

Y tras recoger las medallas corriendo de Aranjuez a Cuenca, la lluvia y la noche se cernieron sobre la furgo y la carretera, condujimos sin cenar hasta el Mc Donals de Cuenca. Tras aprovisionarnos cenamos en el camino al Camping de Cuenca, llegamos a 5 minutos de la media noche, justo para entrar y que cerraran las puertas.
Nos instalamos a obscuras sobre la hierba y el suelo embarrado tras despertar a medio camping. Había llovido durante todo el día en Cuenca daba la sensación de que la lluvia nos daba una tregua para poder instalarnos.
A la 1 estábamos durmiendo y a las 7 levantados con el cacareo de las gallinas y gallos, y el croar de algún otro sapo nocturno que amenizó la noche. Como furtivos salimos del camping al abrir las puertas antes de que nuestros vecinos nos pudieran reprochar el ruido nocturno, creo que se alegraron de nuestra partida.
A las 8:00 los primeros en el restaurante el Ventorro para confirmar inscripciones y desayunar un café con leche y tostadas con tomate, el mejor premio para una noche corta. Este año serán 170 palistas en competición.
Por los comentarios de los lugareños este año la competición iba a ser diferente, el caudal era considerable y la lámina del río había cambiado significativamente respecto a otros años,
muchos troncos, rocas y rápidos habían quedado ocultos y podían superarse con timón de pista pero las contracorrientes se mantenían con la misma o más intensidad.
Ni manga corta ni térmica, tirantes rosa
Las sequeras habían desaparecido y había que seguir la corriente principal del río esquivando la vegetación que la invadía, todo un ejercicio de habilidad para llegar sano y salvo sin perder minutos en un vuelco.
Lo característico este año han sido las olas paralelas que formaba la lámina de agua al trascurrir sobre los rápidos de otros años. Rápidos que dieron valor a un buen cubre en la bañera.
Por lo demás un río limpio que dio juego para la diversión, la competición y desarrollo de habilidades técnicas en el descenso de ríos.
Destaca el salto de salida, un salto a la izquierda con giro a la derecha, que provocó escenas de intensa emoción en los participantes y espectadores. 
Algunas embarcaciones se vieron sorprendidas por sus olas y contracorrientes virando incontroladamente y provocando tapones que dieron lugar a vuelcos masivos,
10,5 km de descenso emocionante que exigían máxima concentración y cierta pericia técnica.
El equipo de descenso de ríos del Club Piragüismo Silla disfrutó mucho, fueron muchas las anécdotas que nos acontecieron a cada uno de los miembros y que fueron objeto de debate en el viaje de vuelta. 
Todavía estamos investigando quién se dejo la piragua por atar y los calcetines tendidos.
En la clasificación general 5º por clubs conquistando 5 meritorias medallas, 2 de plata y 1 de bronce en k-1 y en C-1, una de plata y otra de bronce, todo un lujo para un grupo que empezó con dos palistas hace 3 años, pero es que el río tiene algo que engancha.





Y para finalizar una suculenta comida que no tiene punto de comparación con un bocadillo.



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