miércoles, 13 de junio de 2018

Técnica de abordaje de la presa del Raphel de Aranjuez: "Todo un reto".

Este artículo es una aproximación teórica y práctica al porteo de la presa del Raphel de Aranjuez, tanto en su descenso como en su ascenso.
Una presa clave donde muchos campeones pierden puestos en su entrada a meta. Todos aquellos que queráis aportar consejos e ideas lo podéis hacer en comentarios y posteriormente se añadirán al artículo para competiciones venideras.
La maniobra está dividida en varias fases seguidamente descritas:

  1. Aproximación a la presa.
  2. Descenso de la rampa.
  3. Embarque.
  4. Ida, ciaboga y vuelta.
  5. Ascenso de la rampa en piragua.
  6. Embarque tras la rampa.
  • APROXIMACIÓN A LA PRESA:
La aproximación debe realizarse en este caso en la zona señalizada entre los dos banderines azules para evitar situaciones peligrosas y abordar el desembarco con seguridad.
Debe realizarse lentamente ya que tenemos que situarnos en paralelo al muro de obra con viguetas de hierro fundido que pueden provocar daños al piragüista y a la embarcación.
Con la embarcación paralela al muro y estabilizada por los dos palistas agarrados al mismo estos pueden descender a la vez si están sincronizados o hacerlo uno después del otro, pero siempre coordinados.
Tras descender es fundamental asentar bien los pies para no resbalar, se aconseja llevar calcetines de gramaje grueso para evitar resbalones, un pie descalzo resbala mucho más y llevar escarpines en una competición tan larga es engorroso y engrosan mucho el pie en el hueco disponible en el reposapies.
La embarcación la situarán los dos palistas al unísono primero en el hombro próximo a la embarcación el izquierdo, y posteriormente, sin moverse, realizarán el cambio al hombro derecho también al unísono para evitar desequilibrios y caídas. Si la embarcación está llena de agua es el momento de vaciarla.
Una persona alta podrá bajar directamente de la piragua al suelo de la rampa, una persona bajita y corta de piernas necesitará apoyarse sobre el muro para luego bajar al suelo, el peligro es inclinar demasiado la piragua y llenarla de agua.
Se descenderá en una trayectoria diagonal, situando los pies transversalmente, de lado, para evitar en caso de resbalón una caída.
Los resbalones juegan malas pasadas
Si bajamos de frente y descalzos es fácil resbalar y caer de espaldas, en diagonal solo sufriremos un ligero desplazamiento que se frenará por arrastre.
Acciones erróneas fruto del cansancio y las prisas:
 Un resbalón y abordaje en una zona irregular de la orilla dificultan el embarque
Falta de coordinación entre los palistas, cada uno por un lado y sin haber vaciado antes.
Hay que subir al unísono asegurando antes la embarcación en proa y popa, soltarla es fatal.

No conocer la orilla nos lleva a abordar el embarque desde zonas profundas donde palistas bajitos lo tienen difícil, ahora hay que vaciar y ascender a la embarcación.

Abordar la rampa  como el k-1 es un buena opción, detrás el K-2 tan próximo a la orilla se llena de agua, aunque la bañera parece alta y tiene ventaja sobre bañeras bajitas.
  • EMBARQUE TRAS DESCENDER LA RAMPA:
Para abordar el embarque hay que conocer el filo de la rampa, valorar el caudal del río y la profundidad de la orilla de la rampa, así como nuestra altura.
Un palista alto como Joaquín del Club Piragüismo Granada no tiene problemas para ascender desde el fondo del río apoyándose en la rampa.
Un palista alto de piernas siempre tendrá ventaja sobre uno bajito, podrá situar la embarcación alejada del filo de la rampa y apoyado sobre la pértiga de la pala podrán embarcar sin que el agua que chorrea por la pendiente entre en la bañera. Aquí las embarcaciones de bañera alta tienen ventaja sobre las de bañera baja ya que es más difícil que entre el agua.
El k-1 aprovecha la rampa y embarca sobre ella dejándose caer, y K-2 de Jorge Cinto sitúa la embarcación alejada del chorro para evitar que entre el agua, adoptando la posición del triángulo equilátero.
En el caso de que se aborde el embarque desde el agua hay que conocer la zona menos profunda y situarse allí para apoyados en las pértigas embarcar al unísono ambos palistas . Esta operación es muy delicada en un K-2 ya que si se escapa la proa o la popa del agarre la corriente las arrastrará quedando en diagonal al filo de la rampa teniendo dificultades uno de los palistas por ascender.
Un palista bajito en una zona profunda lo tiene dificil, sobre  todo si la proa mira a Cuenca.
  • IDA Y VUELTA A CIABOGA:
Una vez embarcados debemos bajar hasta la ciaboga situada a 250 metros, virar y ascender contracorriente para abordar la rampa, no es momento de acelerar ni de enfrascarse en adelantamiento. Cada uno debe valorar sus fuerzas y en este último tramo del maratón vale la pena tirar de técnica de paleo, recuperarse y gastar toda la energía en abordar la rampa. Llegar a la rampa agotado  puede jugarte una mala pasada.

Los Duendes llegaron cansados y agotados a la rampa y eso les jugó una mala pasada, cada uno bajó por un lado diferente.
Puedes volcar o no llegar a subir, o no tener fuerzas para vaciar y ascender. Es un punto crítico donde vale la pena asegurar. Caer y que el barco se llene de agua nos puede hacer perder la carrera.
¡CUIDADO! Pablo de las Grajas ascendió perfectamente, pero ascender la rampa en grupo es peligroso, la embarcación contigua le soltó un sonoro golpe con su proa en el tobillo de Pablo que dolió a todos los que presenciamos la escena. En esto caso siempre hay que avisar si vamos a impactar.
Lo aconsejable es bajar por el lado derecho para situar la embarcación sobre el hombro izquierdo de los palistas y facilitar el embarque en el muro.
  • ABORDAJE DE LA RAMPA:
Cogeremos la máxima velocidad que podamos siempre que dispongamos de timón de río y el éxito está en subir la totalidad de la embarcación sobre la rampa. Cada uno que lo valore pero un acelerón progresivo de 50 metros es fundamental para subirla.
No dejaremos de palear hasta asegurar la posición en la rampa

Si los dos palistas pueden descender, primero lo hará el primer tripulante porque puede sujetar la embarcación mientras desciende el segundo, aunque con entrenamiento pueden hacerlo al unísono. En el caso de que la embarcación se quede a medias el segundo tripulante no debe bajar ya que existe una poza al borde de la rampa de la cual tendría que salir.
Lo más eficaz es que el primer tripulante asegure la sujeción de la embarcación y el segundo tripulante pase a la rampa ascendiendo por la piragua, son momentos en que la falta de fuerzas pueden jugar malas pasadas.
Una vez en la rampa ambos tripulantes deben coger al unísono sus respectivas bañeras y ascender en diagonal, transversalmente, de lado para evitar resbalones. Este instante es fundamental valorar el vaciado de la piragua en el caso de que contenga agua, para ello aprovechando que estamos en rampa hay que dejar la proa apoyada en la rampa y los dos palistas elevar la popa, 
Si el agua está en la popa porque estamos inclinados en la rampa, la proa hay que dejarla en el suelo y los dos palistas deben concentrarse en la popa para elevar la embarcación o ¿no?
donde está acumulada el agua por su inclinación y girarla para vaciar. Nunca elevar la proa ya que estamos en rampa. 
Si subimos la rampa con una de pista hay que calcular muy bien como dice Pablo Zamorano Bustamante:
¡Con timón de pista yo he subido la presa de frente! Saltando de la piragua un poco antes no tienes problemas de que toque el timón. El tema es que a las piraguas de pista les queremos un poco más que a las de río y no nos gusta rascarles la proa contra el cemento. En esa zona no estaría mal poner una moqueta, que ademas evitaría resbalones
Subir la rampa con la piragua llena no tiene sentido, hay que vaciarla antes de ascender para facilitar la manipulación de la misma.


En el ascenso de la rampa no está de mas saludar a la afición que vitorea a los palistas.

ascendemos en diagonal
Si abordamos el ascenso con una piragua con timón de pista no deberemos subir la rampa, deberemos situarnos en paralelo a la pendiente y desembarcar apoyando la pala para no  dañar la embarcación teniendo cuidado en lo apoyos y de no llenar la piragua de agua.
Marcos Climent del Club Piragüisme Silla embarcando y otro palista de Aranjuez desembarcando en la rampa, lo cual exige un buen dominio de la técnica para no volcar y llenar la piragua de agua ante el chorro.

Tras subir la rampa nos situamos en paralelo al muro y situamos la piragua al otro lado y asegurando la embarcación podemos abordar el embarque de manera sucesiva o al unísono según habilidad y entrene.

Solo cabe separarse del muro e iniciar la entrada a meta, las fuerzas son escasas y en estos casos la coordinación y echar mano de la técnica son fundamentales para asegurar la entrada a meta.
La experiencia en este tramo final antes de entrar a meta nos dice que ir despacio y asegurando los movimientos debe primar sobre la precipitación ya que las fuerzas están muy justas y cualquier error nos cuesta mucho tiempo compensarlo en un tramo tan corto.


Cayetano Sánchez Reyes.

Ahora espero vuestras aportaciones que puedan enriquecer este artículo.




2 comentarios:

  1. Otro apunte: en el desembarque, si eres de piernas largas puedes apoyar el pie derecho en la rampa directamente; si no deberás apoyarlo en el muro para no tumbar la piragua y llenarla de agua

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  2. ¡Con timón de pista yo he subido la presa de frente!, saltando de la piragua un poco antes no tienes problemas de que toque el timón. El tema es que a las piraguas de pista las queremos un poco más que a las de río y no nos gusta rascarles la proa contra el cemento. En esa zona no estaría mal poner una moqueta, que ademas evitaría resbalones

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